Crónica de Paulo Rebelo en la revista Penthouse Portugal de Julio de 2012.
Este es el mito de las apuestas: "Una apuesta solo tiene valor si el premio (la cuota) que nos ofrecen por ella es alto"...
Una apuesta solo tiene valor si el premio (la cuota) que nos ofrecen por ella es alto, por lo tanto, no merece la pena arriesgar nuestro dinero para recibir un retorno reducido (es decir, en apuestas con cuotas bajas). ¡Esto es falso!
Caros apostadores, escribid esta frase 100 veces:
“Una apuesta tiene valor siempre que el premio que nos ofrezcen es mayor que la probabilidad de que el acontecimiento pueda verificarse, independientemente de la cuota”.
El error anterior es muy común y es debido a un fallo en la interpretación del concepto de retorno esperado de una apuesta.
Es cierto que, si perdemos, perderemos la totalidad del dinero apostado, tanto en una apuesta con una cuota alta, como en una apuesta con una cuota baja. Es cierto que, en caso de acierto, recibiremos más por la apuesta que tiene cuota alta que por la que tiene cuota baja. Juntando estas dos observaciones, parece claro que una apuesta con cuota más elevada tiene más valor que una con cuota baja. Pero, además, no debemos olvidar que es más probable acertar una apuesta con cuota baja que una con cuota alta. Al final de 100 apuestas con cuotas bajas y otras 100 con cuotas altas, ganará más en cada acierto con las apuestas de cuota alta, aunque gane menos veces, y ganará más veces con las apuestas de cuota bajas, pero menos en cada apuesta. Así que ganará lo mismo en 100 apuestas con cuotas altas que con 100 apuestas con cuotas bajas.
Insisto que, lo que diferencia la rentabilidad de la apuesta es el concepto de valor y no la cuota.
Por cierto, cada apostador tendrá su perfil de riesgo y así podrá sentirse más a gusto al apostar con cuotas más altas. Mi consejo es que, al contrario de la especialización que sugiero con relación al deporte elegido para apostar, cada uno haga el esfuerzo progresivo para conseguir ver el valor en las cuotas que no se encuadran en su perfil de riesgo y, así, conseguir volverse un apostador cada vez más completo.
Aprovecho para hacer una advertencia, para que no caiga en un error que es muy frecuente entre los apostadores: nunca junte una serie de malas apuestas con cuotas bajas para obtener una múltiple con cuota elevada. No incluya una apuesta en una apuesta múltiple en la que no esté dispuesto a apostar sola. Una vez más, existe la ilusión de que una cuota más elevada se traduce en una apuesta con más valor.
Aunque tengamos un premio mayor, habrá un riesgo asociado igualmente mayor, por lo que el valor esperado es el mismo. Si el valor esperado de una apuesta con cuota baja es negativo al punto de no querer arriesgar su dinero, el aumentar el riesgo combinándola con otras apuestas en una múltiple no hará con que tenga más valor.